150 gr de papada (guanciale)
100 gr de pecorino romano (queso de oveja, el pecorino romano tiene un sabor muy particular)
4 yemas
1 huevo
Pimienta negra
Se pone al fuego una cacerola grande con abundante agua hasta que hierva. Se añade un poco de sal (sin pasarse porque la salsa carbonara es ya salada por la papada y el pecorino).
Mientras el agua se calienta se corta la pancetta en cuadraditos o tiritas y se echa en una sartén antiaderente, sin añadir aceite. Se deja al fuego hasta que la grasa se vuelva transparente y la pancetta ligeramente crujiente. Se retira del fuego y se deja templar.
Cuando el agua haya roto a hervir se echan los spaghetti y se cuecen al dente.
Mientras cuecen, no más del tiempo indicado, se colocan el huevo y las yemas en un cuenco grande, se baten y se añade la pimienta y el pecorino. Se mezcla todo bien con las barillas hasta que quede una salsa homogénea. Se añade finalmente la pancetta.
Cuando la pasta esté lista se echa en el cuenco con la salsa y se mezcla en el cuenco, sin pasarla por la sartén.
Se sirve inmediatamente añadiendo, según el gusto, pecorino y pimienta en el plato.